ERA UN HOMBRE QUE PROTESTABA POR TODO
Desde su temida infancia dicen que fue protestando, que por nada se callaba y si no se fue bramando. Protestaba por la lluvia, por el viento y por el rayo, en su mente percibía que no le gustaba mayo. Vino buscando trabajo protestando de su tierra, dicen que habló desde abajo maldiciendo cierta guerra. Protestaba por el vino, protestaba por la sierra, en su sueño sin destino y hasta su casa la cierra. Nació para ser protesta de la casa en que vivía, todo el que no suma resta y suele dejar porfía. Protestaba por el futbol lo mismo con las quinielas, el dejaba su disgusto hasta en las propias esquelas. Aquel hombre renegado cabizbajo y pelo tordo, no quiso verse engañado y protestaba por todo. Nadie le dama su mano, ni le ofrecieron caricias, era duro el ser humano sin saber que son delicias. Protestando por su vida que se le marchó volando, en su penosa partida dicen que fue protestando. Le llamaban EL PROTESTA por estar malhumorado, dicen que no tuvo fiesta ni una mujer a su lado. Como perro callejero viviendo en el desamparo, quizá le falto el dinero y su vivir fue muy raro. Comentan que por La Mancha le fiaron un dinero, y su protesta le engancha al no ser buen caballero. Dejo su fama marcada por caminos pendencieros, y nadie le daba nada viendo sus ecos fuleros. “El protesta” se moría sin amigos ni dinero, y a la muerte recibía como un vulgar pendenciero. No se de donde vendría, el nombre se lo pusieron, dicen que siempre decía protestaré hasta de muerto. Poco le daba la vida, el protestar no es invento, notaba que su partida llegaría en un momento. G X Cantalapiedra.
Desde su temida infancia dicen que fue protestando, que por nada se callaba y si no se fue bramando. Protestaba por la lluvia, por el viento y por el rayo, en su mente percibía que no le gustaba mayo. Vino buscando trabajo protestando de su tierra, dicen que habló desde abajo maldiciendo cierta guerra. Protestaba por el vino, protestaba por la sierra, en su sueño sin destino y hasta su casa la cierra. Nació para ser protesta de la casa en que vivía, todo el que no suma resta y suele dejar porfía. Protestaba por el futbol lo mismo con las quinielas, el dejaba su disgusto hasta en las propias esquelas. Aquel hombre renegado cabizbajo y pelo tordo, no quiso verse engañado y protestaba por todo. Nadie le dama su mano, ni le ofrecieron caricias, era duro el ser humano sin saber que son delicias. Protestando por su vida que se le marchó volando, en su penosa partida dicen que fue protestando. Le llamaban EL PROTESTA por estar malhumorado, dicen que no tuvo fiesta ni una mujer a su lado. Como perro callejero viviendo en el desamparo, quizá le falto el dinero y su vivir fue muy raro. Comentan que por La Mancha le fiaron un dinero, y su protesta le engancha al no ser buen caballero. Dejo su fama marcada por caminos pendencieros, y nadie le daba nada viendo sus ecos fuleros. “El protesta” se moría sin amigos ni dinero, y a la muerte recibía como un vulgar pendenciero. No se de donde vendría, el nombre se lo pusieron, dicen que siempre decía protestaré hasta de muerto. Poco le daba la vida, el protestar no es invento, notaba que su partida llegaría en un momento. G X Cantalapiedra.