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POR LA MANCHEGA LLANURA
Van gritando las llanuras
de La Mancha toledana,
donde se ven las diabluras
de esa tierra castellana.
Don Quijote va marcando
sus entendidas andanzas,
su lanza viene exaltando
sin hablarnos de tardanzas.
Cuantas veces Don Quijote
con su caballo flamante,
quiso probar su buen trote
que le gusto a Rocinante.
Estas llanuras inmensas
cargadas van de leyendas,
conociendo vidas tensas
incluso dentro sus ventas.
Lanzas que dejaron huellas
entre brisas toledanas,
rutas que fueron muy bellas
con sus preciadas mañanas.
Y cuantas veces Dulcinea
caminó buscando olvido,
comentan que la chimenea
era un refugio afligido.
Han pasado muchos años,
se perdieron las costumbres,
hoy que subimos peldaños
seguimos buscando lumbres.
La Mancha tiene viñedos
que son joyas apreciadas,
donde se notan enredos
en las tardes marginadas.
Don Quijote va marcando
estas llanuras manchegas,
que las vamos contemplando
y que las gentes las riegan.
G X Cantalapiedra.
Van gritando las llanuras
de La Mancha toledana,
donde se ven las diabluras
de esa tierra castellana.
Don Quijote va marcando
sus entendidas andanzas,
su lanza viene exaltando
sin hablarnos de tardanzas.
Cuantas veces Don Quijote
con su caballo flamante,
quiso probar su buen trote
que le gusto a Rocinante.
Estas llanuras inmensas
cargadas van de leyendas,
conociendo vidas tensas
incluso dentro sus ventas.
Lanzas que dejaron huellas
entre brisas toledanas,
rutas que fueron muy bellas
con sus preciadas mañanas.
Y cuantas veces Dulcinea
caminó buscando olvido,
comentan que la chimenea
era un refugio afligido.
Han pasado muchos años,
se perdieron las costumbres,
hoy que subimos peldaños
seguimos buscando lumbres.
La Mancha tiene viñedos
que son joyas apreciadas,
donde se notan enredos
en las tardes marginadas.
Don Quijote va marcando
estas llanuras manchegas,
que las vamos contemplando
y que las gentes las riegan.
G X Cantalapiedra.