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NO SON LLUVIAS PLAÑIDERAS
Los caminos de La Mancha
conocen lluvias normales,
que al ser humano le engancha
de mil formas naturales.
No son lluvias plañideras
estas lluvias otoñales,
donde se ven las praderas
entre charcos anormales.
Las lluvias que van cayendo
tienen momentos brillantes,
el agua va trascurriendo
con sus fuerzas tan constantes.
En La Mancha toledana
están los campos resecos,
la lluvia que nunca es vana
viene soltando sus flecos.
Los viñedos ven alegres
sus cepas regarse a gusto,
son momentos confortables
que no dejan ni un disgusto.
Viñedos que van regando
sus raíces bajo tierra,
el suelo se va alegrando
al ver que misterio encierra.
La Mancha teme sequía
al ver tan grandes calores,
la lluvia deja alegría
y evita muchos sudores.
Llanuras que van regando
sin ser nubes plañideras,
que parecen ir gozando
en tierras de sementeras.
Corren las nubes con prisa
por estos campos manchegos,
mañana vendrá la brisa
sin hablarnos de los ruegos.
G X Cantalapiedra.
Los caminos de La Mancha
conocen lluvias normales,
que al ser humano le engancha
de mil formas naturales.
No son lluvias plañideras
estas lluvias otoñales,
donde se ven las praderas
entre charcos anormales.
Las lluvias que van cayendo
tienen momentos brillantes,
el agua va trascurriendo
con sus fuerzas tan constantes.
En La Mancha toledana
están los campos resecos,
la lluvia que nunca es vana
viene soltando sus flecos.
Los viñedos ven alegres
sus cepas regarse a gusto,
son momentos confortables
que no dejan ni un disgusto.
Viñedos que van regando
sus raíces bajo tierra,
el suelo se va alegrando
al ver que misterio encierra.
La Mancha teme sequía
al ver tan grandes calores,
la lluvia deja alegría
y evita muchos sudores.
Llanuras que van regando
sin ser nubes plañideras,
que parecen ir gozando
en tierras de sementeras.
Corren las nubes con prisa
por estos campos manchegos,
mañana vendrá la brisa
sin hablarnos de los ruegos.
G X Cantalapiedra.