SOBRE CAMINOS MANCHEGOS
Cuantas veces suspirando miramos a Don Quijote, cuantos días esperando para ver brillar los brotes. Sobre caminos manchegos se sienten las tradiciones, sin jamás hablar de ruegos nos hablaron de razones. Sobre los viejos caminos de estas llanuras inmensas, se pueden notar destinos que ponen las vidas tensas. Cuantas veces circulando pase de largo La Mancha, muchos sueños vi quebrando que al final la duda engancha. Pisar las grandes llanuras sin que los ojos palpiten, y ver penosas diabluras que puede ser que te griten. Cuando miro al horizonte sin arrieros en caminos, quisiera tener un monte sin buscar los adivinos. Muchos caminos queridos tienen sombras especiales, ellos no se ven perdidos al notarse naturales. En La Mancha toledana entre viñedos y olivos, se hace alegre la mañana sin precisar adjetivos. Hay tardes que son preciosas por esas serias llanuras, donde pueden brillar rosas sin saber que son locuras. Estas tierras toledanas que conocen sus lamentos quisieran ser más humanas con los malos sufrimientos. Hay frases que van volando por encima de viñedos, piensas que se van marchando sin conocer otros credos. Las llanuras solitarias tienen grises objetivos, en sus perdidas plegarias nada dicen de motivos. Bajar al Río Alcardete sin reprimir corazones, es decir mañana vete y no rompas intenciones. Algo se pierde en la noche aunque no llegue estrellada, el eco tiene el reproche de ver su senda esquivada. Caminos tiene la vida, unos llegan y se marchan, no se de ruta perdida ni si las penas enganchan. Los arrieros de La Mancha tuvieron sus emociones, su historia siempre se engancha en caminar con pasiones. G X Cantalapiedra.
Cuantas veces suspirando miramos a Don Quijote, cuantos días esperando para ver brillar los brotes. Sobre caminos manchegos se sienten las tradiciones, sin jamás hablar de ruegos nos hablaron de razones. Sobre los viejos caminos de estas llanuras inmensas, se pueden notar destinos que ponen las vidas tensas. Cuantas veces circulando pase de largo La Mancha, muchos sueños vi quebrando que al final la duda engancha. Pisar las grandes llanuras sin que los ojos palpiten, y ver penosas diabluras que puede ser que te griten. Cuando miro al horizonte sin arrieros en caminos, quisiera tener un monte sin buscar los adivinos. Muchos caminos queridos tienen sombras especiales, ellos no se ven perdidos al notarse naturales. En La Mancha toledana entre viñedos y olivos, se hace alegre la mañana sin precisar adjetivos. Hay tardes que son preciosas por esas serias llanuras, donde pueden brillar rosas sin saber que son locuras. Estas tierras toledanas que conocen sus lamentos quisieran ser más humanas con los malos sufrimientos. Hay frases que van volando por encima de viñedos, piensas que se van marchando sin conocer otros credos. Las llanuras solitarias tienen grises objetivos, en sus perdidas plegarias nada dicen de motivos. Bajar al Río Alcardete sin reprimir corazones, es decir mañana vete y no rompas intenciones. Algo se pierde en la noche aunque no llegue estrellada, el eco tiene el reproche de ver su senda esquivada. Caminos tiene la vida, unos llegan y se marchan, no se de ruta perdida ni si las penas enganchan. Los arrieros de La Mancha tuvieron sus emociones, su historia siempre se engancha en caminar con pasiones. G X Cantalapiedra.