día – 10 -11 – 2023:
ECHANDO LA VISTA ATRÁS:
En estas fechas es cuando nos reuníamos toda la familia, estábamos deseando de que llegara para ir a la fiesta del pueblo, por entonces éramos muy jóvenes, y no faltaba ningún miembro de la familia, a pesar de que se carecía de algunas cosas, éramos muy felices, recuerdo a mi abuela sentada junto a la chimenea cuidando de la comida, por entonces no teníamos otro medio de cocinar, todo era muy rustico, pero la comida tenia un sabor especial, como me gustaría volver a cocinar en esas chimeneas, ya nada es igual, por la mañana nos despertábamos con la música, era costumbre que la banda del pueblo tocara diana por las calles, mi padre invitaba a los músicos a un café, era una fiesta muy esperada, la víspera tenían fuegos artificiales, nosotros decíamos la pólvora después de quemar el ultimo cohete salía el toro, por supuesto no era un toro de verdad, era una persona con un disfraz simulando un toro, en los cuernos tenía cohetes eso si eran de verdad, alguna vez nos dio un susto, pero cuando se es joven todo te divierte, al día siguiente en la misa mayor era muy entrañable la Iglesia estaba llena, por la tarde la procesión con las niñas bailando delante de la virgen, son tradiciones de los pueblos que se te quedan grabadas, con el paso de los años todo esto que antes te parecía lo más hermoso se ha ido diluyendo, a pesar de que me gusta muchísimo ir, sobre todo a la misa, pero cuando han ido faltando tus seres queridos, como tus padres, hermana a la que hecho muchísimo de menos, te das cuenta de que aquella fiesta no existe y te sientes extraña, como fuera de lugar, a pesar de todo siempre que puedo me gusta ir, aunque los recuerdos me hacen pasarlo mal.
ROSARIO FAJARDO BLANCO.
ECHANDO LA VISTA ATRÁS:
En estas fechas es cuando nos reuníamos toda la familia, estábamos deseando de que llegara para ir a la fiesta del pueblo, por entonces éramos muy jóvenes, y no faltaba ningún miembro de la familia, a pesar de que se carecía de algunas cosas, éramos muy felices, recuerdo a mi abuela sentada junto a la chimenea cuidando de la comida, por entonces no teníamos otro medio de cocinar, todo era muy rustico, pero la comida tenia un sabor especial, como me gustaría volver a cocinar en esas chimeneas, ya nada es igual, por la mañana nos despertábamos con la música, era costumbre que la banda del pueblo tocara diana por las calles, mi padre invitaba a los músicos a un café, era una fiesta muy esperada, la víspera tenían fuegos artificiales, nosotros decíamos la pólvora después de quemar el ultimo cohete salía el toro, por supuesto no era un toro de verdad, era una persona con un disfraz simulando un toro, en los cuernos tenía cohetes eso si eran de verdad, alguna vez nos dio un susto, pero cuando se es joven todo te divierte, al día siguiente en la misa mayor era muy entrañable la Iglesia estaba llena, por la tarde la procesión con las niñas bailando delante de la virgen, son tradiciones de los pueblos que se te quedan grabadas, con el paso de los años todo esto que antes te parecía lo más hermoso se ha ido diluyendo, a pesar de que me gusta muchísimo ir, sobre todo a la misa, pero cuando han ido faltando tus seres queridos, como tus padres, hermana a la que hecho muchísimo de menos, te das cuenta de que aquella fiesta no existe y te sientes extraña, como fuera de lugar, a pesar de todo siempre que puedo me gusta ir, aunque los recuerdos me hacen pasarlo mal.
ROSARIO FAJARDO BLANCO.