Pequeño mar, de aguas cautivadas,
Por el regazo de orillas polvorientas,
Que explotan de tu pecho liberadas
Por la nieve o aguaceros de tormenta.
En desorden acuden las ovejas
A beber en las aguas estivales
Produciendo en el fondo sus guedejas,
Rellicarios de seres fantasmales.
¡ Oh!, Cuanta sed calmaste al pollino,
A la cabra al caballo o al cochino,
Orgullo del sufrido ganadero.
Que empachados los lleva hasta el establo,
Quedando mi lavajo hecho un retablo,
De lunas de cometas y luceros. P. Goriche.
Por el regazo de orillas polvorientas,
Que explotan de tu pecho liberadas
Por la nieve o aguaceros de tormenta.
En desorden acuden las ovejas
A beber en las aguas estivales
Produciendo en el fondo sus guedejas,
Rellicarios de seres fantasmales.
¡ Oh!, Cuanta sed calmaste al pollino,
A la cabra al caballo o al cochino,
Orgullo del sufrido ganadero.
Que empachados los lleva hasta el establo,
Quedando mi lavajo hecho un retablo,
De lunas de cometas y luceros. P. Goriche.