EL ULTIMO MARAGATO
El maragato era un hombre honrado y trabajador, con sus recuas de mulas recorrieron toda Castilla, transportando mercancías de unos lugares a otros, su honradez era proverbial se decía que se les podía mandar acarrear oro en polvo y llegar a su destino, tal era la defensa que ponían en la mercancías´
Nuestro pueblo por su situación caía en la ruta de estos recueros y aquí quedó asentada una familia durante bastantes años hasta que falleció el último de estos maragatos. ¿Os acordáis de Vitoriano Perpetuo o Llanín que vendía de todo? Vino, tabaco, sellos, carne, etc. de todo vendía este buen hombre. Solamente queda su recuerdo y la casa arriera en la que él y su familia vivió durante tantos años
Casa maragata gran patio central alrededor del cual giran todas las dependencias. La entrada tiene un gran portón con pocas ventanas en la fachadas y en el patio interior se guardaban las mulas y el carromato. Un tejadillo a la entrada del edificio protegía la puerta de la lluvia y una gran piedra a la entrada lista para sentarse en el verano a contar las novedades de la jornada." La famosa piedra del tío Maragato." Un acierto que se conserve esta casa en su estado para muchos años y sirva como último homenaje a mi amigo Llanín.
El maragato era un hombre honrado y trabajador, con sus recuas de mulas recorrieron toda Castilla, transportando mercancías de unos lugares a otros, su honradez era proverbial se decía que se les podía mandar acarrear oro en polvo y llegar a su destino, tal era la defensa que ponían en la mercancías´
Nuestro pueblo por su situación caía en la ruta de estos recueros y aquí quedó asentada una familia durante bastantes años hasta que falleció el último de estos maragatos. ¿Os acordáis de Vitoriano Perpetuo o Llanín que vendía de todo? Vino, tabaco, sellos, carne, etc. de todo vendía este buen hombre. Solamente queda su recuerdo y la casa arriera en la que él y su familia vivió durante tantos años
Casa maragata gran patio central alrededor del cual giran todas las dependencias. La entrada tiene un gran portón con pocas ventanas en la fachadas y en el patio interior se guardaban las mulas y el carromato. Un tejadillo a la entrada del edificio protegía la puerta de la lluvia y una gran piedra a la entrada lista para sentarse en el verano a contar las novedades de la jornada." La famosa piedra del tío Maragato." Un acierto que se conserve esta casa en su estado para muchos años y sirva como último homenaje a mi amigo Llanín.