El otro día, cuando recordaba las colas que se hacían en la bomba, me paso por alto que había otro "centro" de tertulias y cotilleos, vamos a llamarle "Lecturas", me refiero a las solanas en invierno. Por las tardes, después de comer y dejar la cocina recogida, las señoras mayores y no tanto, cogían el cesto de la costura debajo del brazo y la silla pequeña o banqueta en la otra mano y marchaban a la solana mas cercana (siempre que hubiere sol), se juntaban unas cuantas vecinas, se ponían un pañuelo en la cabeza y venga, a darle a la aguja y la "sin hueso". Yo recuerdo la solana que había en el Potro, la que estaba en la pared de Paco "Cabila" y otra el "El Castillo". Cuando el sol se ponía y empezaba a refrescar, todas para casa a preparar la cena. Mi madre decía que los días de sol y hielo eran un delicia.