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Ya están aqui los carnavales. Los que yo viví en el pueblo seguro que eran muy diferentes a los actuales, para empezar, estaban prohibidos aunque todo el mundo (alcalde y guardia civil) hacían la vista gorda. A mi nunca de me ha gustado disfrazarme y nunca lo he hecho, pero eso no quita para que el jolgorio de aquellos días me encantara. Los disfraces de aquella época consistía en pintarse la cara (patillas, bigote) con el negro de un tizón o corcho quemado y ponerse, por ejemplo, la chaqueta o abrigo del revés. Nos juntábamos las ¨pandas" de chicos y chicas cogidos por la cintura o manos, bajábamos por la plaza, desde el bar del Tío Gorrila hasta la esquina del Ayuntamiento, cantando " Uri, uri, uri, los de la panda estamos aqui.
Tenemos un defecto que nos gustan las gachis"" y no se cuantas cosas más, todo esto vigilando que nos viera Dª Joaquina para evitar que pudiera castigar a las chicas y ¿entonces que haríamos los chicos....?. Había baile por la noche para los mozos y mozas. Después de los Carnavales llega la Cuaresma, en todo ese tiempo no había baile los domingos y otra vez los chicos y chicas nos dedicábamos, al anochecer, a dar vueltas a la manzana del Ayuntamiento, pero en direcciones opuestas para intentar encontrar a tu "amiga" preferida y charlar un rato. ¡Que tiempos! Un abrazo
Tenemos un defecto que nos gustan las gachis"" y no se cuantas cosas más, todo esto vigilando que nos viera Dª Joaquina para evitar que pudiera castigar a las chicas y ¿entonces que haríamos los chicos....?. Había baile por la noche para los mozos y mozas. Después de los Carnavales llega la Cuaresma, en todo ese tiempo no había baile los domingos y otra vez los chicos y chicas nos dedicábamos, al anochecer, a dar vueltas a la manzana del Ayuntamiento, pero en direcciones opuestas para intentar encontrar a tu "amiga" preferida y charlar un rato. ¡Que tiempos! Un abrazo