Con la llegada del buen tiempo era habitual ver a la
puerta de alguna
casa a personas vareando la lana de los colchones. Con el tiempo, la lana de los colchones se apelmazaba, había que deshacerlos, sacar la lana y varearla para que esponjara, lo hacían los colchoneros del
pueblo, algún otro que venía de fuera o los hombres y mujeres de la casa. Barrían parte de la
fachada, se ponían unas mantas en el suelo y con una vara de punta fina, me parece que era de fresno, se pasaban el día dando varazos
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