Cuando las cebadas estaban casi granadas, pero aún verdes, al salir al recreo o de paseo hasta el ventorro, era costumbre coger espigas, recortar las "barbas" empezar a pelar y comer el grano "Chocho", podíamos pasar la tarde pelando y comiendo granos de cebada como si fuéramos gallinas. Había un juego que consistía en pelar varios "chochos" cada uno, se ponían sobre una superficie plana, encima una hoja de papel, y había que cogerlos con la punta de la lengua SIN tocar ni mojar el papel. Quien fallaba, dejaba la vez al siguiente y ganaba quien mas "chochos" comiera sin "pecar" (mojar el papel). Siempre llegaba el gracioso que cuando estabas afinando la puntería, te daba un golpecito en la cabeza y te hacía fallar. Un fuerte abrazo