Alguna vez, recuerdo tres o cuatro, visitaban el pueblo "Los Húngaros" (decían los mayores que eran gitanos húngaros), llegaban en un gran carromato tirado por un par de mulas, era como las carretas de las "pelis" del Oeste, o mejor, como un vagón de tren, todo de madera, con sus ventanas y por el techo salía el tubo de la cocina o estufa de leña que no paraba de sacar humo a todas horas. "Aparcaban" en mitad de la plaza, al lado de la farola y las mulas las llevaban a la era de Ciriaco o al reguero del pozo del camino del Cristo para que comieran. Los primeros que recuerdo llevaban un oso pardo (el primero que vi en mi vida) y por la tarde-noche hacían representaciones cirquenses: equilibristas, saltisbanquis.... el oso bailaba, daba volteretas, se ponía derecho sobre las patas traseras..... y lo tenían siempre sujeto o atado con una gruesa cadena. Nos tenían a todos los chicos sin rechistar, sentados en el suelo, sin perder detalle y los mayores que se acercaban, se quedaban detrás nuestro, de pié. A mitad de "Función" o al final, una señora "gorda" con faldas, de muchos colorines, hasta los pies y un pañuelo en la cabeza, pasaba el gran pandero que tocaba para acompañar las actuaciones de los "artistas y la estrella principal, el Oso paras que los presentes echaran la voluntad, una gorda, un real... Estaban en el pueblo 2 ó 3 días y marchaban con la música a otra parte. Un fuerte abrazo