De Tiñosillos no sólo iban a Adanero a vender "cisco" para el brasero, y cargas de leña, también lo hacían con cántaros, "pucheros de barro" para la lumbre baja y botijas para vino. De dar porrazos a los cántaros con el" carretillo" mas de uno se rompía o en el mejor de los casos se agrietaba y con lañas de alambre y cemento se intentaba reparar. Del mismo pueblo venían a vender piñones: "de leche" digamos que eran piñones sin madurar y ya secos con la cascara abierta. Solían venir algunos domingos por la mañana y se colocaban en la plaza al al lado de la puerta de la posada (entonces ya era estanco). Los mayores y también los pequeños solían tener una navaja pequeña para abrir los piñones, yo aún guardo la mía. Siguiendo con la venta ambulante, de Martin Muñoz llegaba con mucha frecuencia, (en esta época cada semana) el tío Leonides con su borrico cargado de hortalizas (tomates, pimientos, lechugas judías verdes etc. etc.), daba una vuelta por el pueblo con la romana colgada al hombro y en una mañana había vendido su carga. Para la fiesta de La Cruz nos visitaba el tío Amancio, de Pajares, cargado de caramelos y golosinas, se solía situar en la plaza, al lado de la farola. Lo más típico que traía eran unos martillos enormes de caramelo "colorao", casi tan grandes como los que usaba tío Moñibas en la fragua o tío Jesus el carretero. Un dulce u fuerte abrazo