ARENAS DE SAN PEDRO: Desgraciadamente el toro también huele sus propios...

Desgraciadamente el toro también huele sus propios cuernos quemados y su piel abrasada. No lo puede ver porque el fuego le ciega y le quema los ojos. En román paladino eso se llama tortura y quienes disfrutan con ello se llaman sádicos. ¿No podeis divertiros sin hacer daño a nadie?