La
iglesia ya está documentada en 1250. De aquella época conserva su
ábside mudéjar. A lo largo del s. XVI y XVII conoció importantes transformaciones, como la añadidura de la
torre y de la
fachada principal. Aunque la mayor parte de sus feligreses eran cristianos viejos, también era la
parroquia de algunos de los moriscos más ricos de
Arévalo.