A muchos, o a casi todos de los que pudimos estar en la
fiesta del DIA DE ANTANO,
el
trillo nos hizo recordar aquellos días inolvidables, cuando siendo niño o jóvenes, pasamos largas horas en
la era, montados en el trillo, o haciendo otras muchas tares, de lo que era el
arte de, preparar el grano y la paja, que se recogía después de
trillar.