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BERCIAL DE ZAPARDIEL: RELATO SAN BLAS 2010 ...

RELATO SAN BLAS 2010
Bercial de Zapardiel (Ávila)
http://bercialdezapardiel. com/SA BLAS 2010/SAN BLAS 2010-REPOR-1. htm

POR BRUNO COCA

En cabeza Judith García García

Todavía, un poco impactados y sorprendidos por la sorpresa del inesperado toque de campanas, se forma La Conga por sexta vez en la mañana. Ahora es el turno de Judith, que presta ella, sin despistarse ni un solo momento del instante preciso de su turno de protagonista de cabeza de conga, rauda como digo, a la primera orden del director de la Conga y cuando escucho la primera nota, ya estaba puesta en cabeza. Había llegado su hora. Diecisiete años esperando ese momento. En los primeros instantes sonó la alarma, porque los quintos que habían subido a tocar las campanas no se habían incorporado; bueno, después de unos segundos de desconcierto, llegaron y se colocaron en sus puestos. Detrás de Judith, respetando escrupulosamente su turno, estaba situado Francisco. Primero pasamos por la puerta sur de la Iglesia, para tomar la calle de su mismo nombre. Llegamos a la plaza de la Constitución (Ayuntamiento). Sara García, su hermana, una de las jóvenes más apasionadas por la fiesta de San Blas (hasta tal punto que todos los años [que persone si lo digo] llora cuando metemos a San Blas después de terminar la procesión) se hizo una foto bailando en la cabeza con su hermana Judith. Bajamos por la calle empedrada, tomamos la calle Huertas para llegar a la calle Medina y dar la vuelta terminando frente a las puertas de la casa de Castor y Sara, donde pudimos degustar un estupendo convite.

En este lugar, cuando el personal estaba degustando su merecido bollo y su copichuela; de repente, se oye un tumulto, veo a la gente arremolinada entorno a algo que en ese momento no podíamos ver. Me acerco por curiosidad, cámara en mano, a ver lo que sucedía. Y lo que veo es un grupo de amigos, muy puestos ellos, escenificando la atención de urgencia en un accidente a un herido: Raúl (El Mazi), ejerciendo de médico, prestaba los primeros auxilios, acompañado de nutrido grupo de asistentes y curiosos que presenciaban la escena.
Francisco Jimeno. /BC

A las 11 de la mañana, con la concentración en calle Huertas, la Conga de 2010 está dando sus últimos pasos. Antes de iniciar el tramo final, dedicamos un tiempo a bailar un par de piezas, un poco apretujados pues estábamos en un lugar estrecho de la calle. Allí mismo, y con el último quinto a la cabeza de la Conga, Francisco Jimeno, llegamos a la calle Medina. Para hacer más tiempo, pues el trayecto hasta la casa de los padres de Kico era muy corto, subimos de nuevo por la de la Iglesia, La calle Empedrada, de nuevo por la de Medina, Plaza del Sol, para terminar a la puerta de la casa de Francisco Jimeno y Marisol, donde pudimos degustar el estupendo convite que allí tenían dispuesto. Con cierta tristeza, ante la evidencia que la conga del año 2010 estaba llegando a su final, los directores y los quintos intentaron estirar, alargar el tiempo de su marcha, pues se les hacía corto el tiempo transcurrido. Pero a esas horas ya se había hecho tarde, pues con siete quintas/os hay que afinar en la utilización del tiempo del trayecto para cumplir con el horario y terminar justo para que la gente pueda ir a sus casas a ponerse los majos para asistir a la misa y procesión.

De todas formas antes de retirarse la gente a sus casas todavía pudimos asistir al curioso espectáculo montado por El Mazi y sus asistentes. También pudimos ver la entrañable imagen, que no por repetirse todos los años en este acontecimiento, deja de producirnos cierta emoción, bailando a Francisco (Kico) con su madre Marisol. Una vez finalizada la Conga los bailes todavía quedaron en la plaza un grupo de rezagados tomando los últimos bollos y apurando la copa que tenían entre las manos.

Un lugar entrañable

Estábamos ante las puertas de la casa del antiguo Bar de la señora Eugenia ("Geña"), un lugar en su día entrañable, emblemático en la historia local lúdico festiva, más reciente de nuestro pueblo. No pude evitar que la nostalgia invadiera mi recuerdo con escenas de mi niñez y juventud relacionadas con este local. Allí, a través de ventana, yo, por primera vez, veía la televisión en blanco y negro. Series muy populares en aquellos, como Bonanza o Rin tintín, etc. Primero la televisión la tuvo instalada en el pajar anexo al bar, donde hoy tiene la casa esta señora. Allí también tuvo colocado un futbolín, con el que lo jóvenes de aquella época pasábamos jugando tardes enteras. En los primeros tiempos para ver la televisión había que pagar una cuota mensual –si no recuerdo mal, una peseta- Recuerdo, también, las tardes de corridas de toros televisadas, que tanto éxito de audiencia tuvieron en esos años. Había tanta afición que las tardes de corridas televisadas dejaba la gente de trabajar en el campo para ver la corrida, el pueblo se paralizaba para ver esa retransmisión. Había algunas veces que la luz se marchaba de repente y se fastidiaba la corrida de toros en plena faena, se pueden imaginar el cabreo que cogía la gente. Pero el apagón no era fortuito ni ocasional, era provocado –según cuentan las leyendas locales- por algún que otro mozo o joven al que no dejaban entrar a ver las corridas y para mostrar su descontento, o para hacer una trastada, provocaban el fundido de los "plomos" con el sencillo acto de mover los palos de la luz, lo que provocaba que se juntaran los cordones, produciendo un corto circuito y el apagón seguro; consecuencia: durante unos minutos la corrida se dejaba de ver, con el correspondiente mosqueo general de la clientela que esa tarde asistía con entusiasmo al evento.

A sus puertas viví un momento decisivo de mi vida. Cuando tenía ocho años, Eugenia (Geña) me sacó de debajo de las ruedas de un camión, librándome de un atropello, que de no haberme arrastrado, seguro, que habría tenido funestas consecuencias para mí. Todo sucedió cuando un grupo de chavales (haciendo de las nuestras, como es lógico a esa edad) estábamos “ciegos” recogiendo unos caramelos (en aquella época un dulce muy cotizado) que había caído al suelo el conductor del camión en estado ebrio, cuando subía a la cabina a trompicones.

En ese mismo lugar, hoy convertido en vivienda residencial, ante sus puertas o en su interior, varias generaciones de Bercialeños (desde que le abriera por primera vez Eugenia González, y pasando por seis propietario más que han regentado este Bar en los casi cincuenta años) se han celebrado las fiestas de San Blas, cenas de quintos; fiesta de verano; se han jugado miles de partidas de cartas: al Mús, El Tute, La Brisca. y se han corrido centenares de juergas. El Bar también ha sido testigo de noches interminables de fiestas (cuando el Bar estaba regentado por Ventura Díaz), sobre todo en los meses de verano, noches en las que se vaciaban cubos de Whisky Dick con Coca-Cola. En fin, esta es una pequeña pincelada histórica de las actividades realizadas y relacionadas con este local y la calle donde está situado, que algún día, convertiremos en un capítulo sobre la historia lúdico-festiva de nuestro pueblo, para enmarcarla en su historia general.

Un Saludo.

Bercial de Zapardiel, 24 de marzo de 2010