RELATO SAN BLAS 2010
Bercial de Zapardiel (Ávila)
http://bercialdezapardiel. com/SA BLAS 2010/SAN BLAS 2010-REPOR-1. htm
PROCESIÓN (3 de febrero)
Segunda parada Plaza de San Blas
Después de haber transcurrido un tiempo considerable en la parada en plaza, la procesión continúa su andadura, y, sin dejar ni un momento de bailar, llegamos a la plaza de San Blas, donde, de nuevo, se desparrama la procesión. En este lugar se baila con más desahogo, los giros, los cambios de paso, los brazos en alto, se pueden ejecutar con más libertad de movimiento. Aquí una vez más me “recojo los pantalones” (como hacía el entrañable José Pérez (Jose) el que fuera número uno bailando la jota durante años, ¿se acuerdan de él?) y me lanzo por segunda vez a la pista a bailar. En esta ocasión elijo como pareja a mi tía Josefina, que todavía a pesar de los años aguanta. Baila bien, y aguanta el tirón conmigo un buen rato. Veo, también a mi primo Julián, todo elegante, bailando sobre el cemento con su peculiar estilo. Las hermanas Álvarez Hernáez, bailando en pareja. Los quintos/as en ese momento están dentro del círculo que se forma delante de San Blas y que ocupa casi toda la plaza de su mismo nombre. Las andas de San Blas van cambiando de anderos o portadores para hacerse la foto con el Santo: los quintos, las familias, grupos de amigos, todo el mundo quiere tener o llevarse un recuerdo de este día. Una vez que ha terminado la sesión fotográfica arranca de nuevo la procesión para iniciar su tránsito por la calle de San Juan
Tercera para en la Plaza del Rincón
Llegamos a la Plaza del Rincón donde hacemos una breve parada, que no por ser corta, deja de ser intensa. Ahora la plaza se ha quedado un poco reducida porque en ella, en los últimos años se aparcan varios coches, lo que obliga a la procesión a comprimirse. Tengo fotografías hechas en esta misma plaza de procesiones de otros años, en las que se ve la plaza repleta de gente bailando. Bueno, pues a pesar de las estrecheces, no impide que Pepe de Castro en compañía de Gaudencio Rodríguez (“Cuqui” para los amigos) se den unas vueltas sorprendentes bailando la jota. María Coca anima al resto de los quintos para que salten al centro a bailar porque el ritmo estaba bajando de intensidad. Cuando reanudamos la marcha ya hemos cubierto la mitad del trayecto de la procesión, enfilando la calle Real.
Cuarta parada Plaza de los niños
Después de un corto trayecto paramos la procesión en la Plaza de los niños. Entre la casa de Alejandro Velázquez y el Depósito Viejo se forma de nuevo la jota, en este caso de manera ordenada, en dos filas paralelas, bailando al unísono. Con la iglesia al fondo se ve bailando en un primer plano a Dari y a su hija. Faustino todo afanoso reclama la presencia del fotógrafo, se le ha ocurrido la idea de hacer una fotografía original y poco vista del Santo: informa a los que le llevaban en ese momento que den un giro de ciento ochenta grados para situar la estatua mirando en dirección a Barromán, la idea era que se viera a San Blas con la iglesia detrás de Él. Mientras la gente sigue bailando la jota, San Blas va cambiando de hombros, de unos grupos familiares a otros, para hacerse la fotografía oficial. Sale de su casa Sisenando Velázquez y Joaquina, y junto a un grupo de vecinos se hace una fotografía. Después se la hacen Silverio y Emilia con su nieta Arancha y sus padres; Leocadia García y Nico Arévalo con Miguel Ángel, su madre, Loli, y sus hermanas.
Procesión 2010. /FR
Quinta parada en la Plaza del Juego Pelota
Desde la Plaza de los Niños, y transitado por la Calle Real, después de hacer una pequeña parada frente a la casa de Víctor Díaz, seguimos la marcha a buen paso (en este momento ya se nota que las fuerzas empiezan a flaquear) hasta llegar a la Plaza del Juego Pelota donde, como si de un resurgir de fuerzas se tratara, la gente irrumpe de nuevo a bailar como si acabaran de empezar la Procesión. Pasan los minutos, y la gente, que no está dispuesta a moverse ni un palmo de donde están, siguen bailando sin parar. Pretenden ralentizar el paso, les da pena que termine la Procesión. Jesús Martín nos dice a Urbano y a mí, que en ese momento estábamos portando las andas en la parte delantera, que por favor, vayamos avanzando. Le decimos que no podemos movernos si la gente no deja de bailar. A regañadientes, y después de mucho insistir Jesús, se reanuda tímidamente la marcha, para parar de nuevo después de haber andado unos escasos veinte metros, frente a la casa de los Hermanos Alonso. Una vez más, como es su obligación se plantan delante del Santo los quintos/as y los bailadores y bailadoras más extremistas y recalcitrantes, impidiendo el movimiento de la procesión. Entre ellos se encuentra el inefable Ignacio García (Pedrero). Jesús tiene que insistir de nuevo ante los portadores que en ese momento llevan las andas para que avancen. Por fin, se pone en marcha la procesión, esta vez, la definitiva, para acercarse de forma inexorable a la escalinata que da acceso a la puerta de la iglesia. En este preciso momento, y cuando los quintos que llevan al Santo a sus hombros en la parte delantera, pisan el primer escalón, todo el pueblo allí presente, con gran emoción y pena al mismo tiempo, irrumpen a aplaudir y junto a los vivas a San Blas (hasta el año que viene) acompañan al Santo hasta que éste traspasa el umbral de la puerta dejándole de ver hasta el año que viene.
Un saludo.
Bercial de Zapardiel, 24 de amrzo de 2010
Bercial de Zapardiel (Ávila)
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PROCESIÓN (3 de febrero)
Segunda parada Plaza de San Blas
Después de haber transcurrido un tiempo considerable en la parada en plaza, la procesión continúa su andadura, y, sin dejar ni un momento de bailar, llegamos a la plaza de San Blas, donde, de nuevo, se desparrama la procesión. En este lugar se baila con más desahogo, los giros, los cambios de paso, los brazos en alto, se pueden ejecutar con más libertad de movimiento. Aquí una vez más me “recojo los pantalones” (como hacía el entrañable José Pérez (Jose) el que fuera número uno bailando la jota durante años, ¿se acuerdan de él?) y me lanzo por segunda vez a la pista a bailar. En esta ocasión elijo como pareja a mi tía Josefina, que todavía a pesar de los años aguanta. Baila bien, y aguanta el tirón conmigo un buen rato. Veo, también a mi primo Julián, todo elegante, bailando sobre el cemento con su peculiar estilo. Las hermanas Álvarez Hernáez, bailando en pareja. Los quintos/as en ese momento están dentro del círculo que se forma delante de San Blas y que ocupa casi toda la plaza de su mismo nombre. Las andas de San Blas van cambiando de anderos o portadores para hacerse la foto con el Santo: los quintos, las familias, grupos de amigos, todo el mundo quiere tener o llevarse un recuerdo de este día. Una vez que ha terminado la sesión fotográfica arranca de nuevo la procesión para iniciar su tránsito por la calle de San Juan
Tercera para en la Plaza del Rincón
Llegamos a la Plaza del Rincón donde hacemos una breve parada, que no por ser corta, deja de ser intensa. Ahora la plaza se ha quedado un poco reducida porque en ella, en los últimos años se aparcan varios coches, lo que obliga a la procesión a comprimirse. Tengo fotografías hechas en esta misma plaza de procesiones de otros años, en las que se ve la plaza repleta de gente bailando. Bueno, pues a pesar de las estrecheces, no impide que Pepe de Castro en compañía de Gaudencio Rodríguez (“Cuqui” para los amigos) se den unas vueltas sorprendentes bailando la jota. María Coca anima al resto de los quintos para que salten al centro a bailar porque el ritmo estaba bajando de intensidad. Cuando reanudamos la marcha ya hemos cubierto la mitad del trayecto de la procesión, enfilando la calle Real.
Cuarta parada Plaza de los niños
Después de un corto trayecto paramos la procesión en la Plaza de los niños. Entre la casa de Alejandro Velázquez y el Depósito Viejo se forma de nuevo la jota, en este caso de manera ordenada, en dos filas paralelas, bailando al unísono. Con la iglesia al fondo se ve bailando en un primer plano a Dari y a su hija. Faustino todo afanoso reclama la presencia del fotógrafo, se le ha ocurrido la idea de hacer una fotografía original y poco vista del Santo: informa a los que le llevaban en ese momento que den un giro de ciento ochenta grados para situar la estatua mirando en dirección a Barromán, la idea era que se viera a San Blas con la iglesia detrás de Él. Mientras la gente sigue bailando la jota, San Blas va cambiando de hombros, de unos grupos familiares a otros, para hacerse la fotografía oficial. Sale de su casa Sisenando Velázquez y Joaquina, y junto a un grupo de vecinos se hace una fotografía. Después se la hacen Silverio y Emilia con su nieta Arancha y sus padres; Leocadia García y Nico Arévalo con Miguel Ángel, su madre, Loli, y sus hermanas.
Procesión 2010. /FR
Quinta parada en la Plaza del Juego Pelota
Desde la Plaza de los Niños, y transitado por la Calle Real, después de hacer una pequeña parada frente a la casa de Víctor Díaz, seguimos la marcha a buen paso (en este momento ya se nota que las fuerzas empiezan a flaquear) hasta llegar a la Plaza del Juego Pelota donde, como si de un resurgir de fuerzas se tratara, la gente irrumpe de nuevo a bailar como si acabaran de empezar la Procesión. Pasan los minutos, y la gente, que no está dispuesta a moverse ni un palmo de donde están, siguen bailando sin parar. Pretenden ralentizar el paso, les da pena que termine la Procesión. Jesús Martín nos dice a Urbano y a mí, que en ese momento estábamos portando las andas en la parte delantera, que por favor, vayamos avanzando. Le decimos que no podemos movernos si la gente no deja de bailar. A regañadientes, y después de mucho insistir Jesús, se reanuda tímidamente la marcha, para parar de nuevo después de haber andado unos escasos veinte metros, frente a la casa de los Hermanos Alonso. Una vez más, como es su obligación se plantan delante del Santo los quintos/as y los bailadores y bailadoras más extremistas y recalcitrantes, impidiendo el movimiento de la procesión. Entre ellos se encuentra el inefable Ignacio García (Pedrero). Jesús tiene que insistir de nuevo ante los portadores que en ese momento llevan las andas para que avancen. Por fin, se pone en marcha la procesión, esta vez, la definitiva, para acercarse de forma inexorable a la escalinata que da acceso a la puerta de la iglesia. En este preciso momento, y cuando los quintos que llevan al Santo a sus hombros en la parte delantera, pisan el primer escalón, todo el pueblo allí presente, con gran emoción y pena al mismo tiempo, irrumpen a aplaudir y junto a los vivas a San Blas (hasta el año que viene) acompañan al Santo hasta que éste traspasa el umbral de la puerta dejándole de ver hasta el año que viene.
Un saludo.
Bercial de Zapardiel, 24 de amrzo de 2010