Qué bonitos recuerdos guardo yo de la
Semana Santa de mi
pueblo (
Barromán) el jueves
santo, qué día más grande, la
iglesia siempre llena, qué ilusión de ver a gente que hace mucho no veias. Cuando terminaba la celebración nos íbamos al convite a
comer un bollo y una limonadita, salíamos tán contentos, yá por la
noche el sermón, más de uno se quedaba dormido, como nos reiamos. Al día siguiente el viernes santo con su
via-crucis, para mí el más bonito. Luego por la tarde salía el sacerdote con las
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