Nuestro pequeño pueblo tiene bonitas vistas; esta es una de mis preferidas sobre todo por lo cambiante que es según la estación del año en que nos encontremos, los colores varían, las tonalidades de los edificios también ¡es una auténtica delicia! Y qué paz se respira por aquí, para pensar, meditar, leer, hablar con los amigos de forma distendida y relajada...