De noche, cuando te vas acercando por la carretera vas viendo o presintiendo a veces, la cercanía del pueblo y sólo percibes la luz de la iglesia iluminada que como un faro entre el mar de sembrados y barbechos te indica cual es el camino. Esperemos que siempre, para los que estamos lejos, ese "faro" nos señale donde están nuestras raíces. Una vez en un pueblecito perdido de Guatemala me decía un lugareños que siempre debemos volver a donde está nuestra placenta, al oirlo al principio me sorprendió,...