El interior de la iglesia de San Boal, en Blascosancho, es muy bello y armonioso. Al entrar la luz inunda el retablo mayor y el crucero, permaneciendo el resto de la nave central en penumbra, lo que sirve para resaltar aún más el altar y el retablo barroco que lo decora. La cúpula central con los cuatro Evangelistas, uno a cada extremo, remarca más la grandiosidad de este lugar que independientemente de las crencias religiosas emana paz y recogimiento.