Nací en el mismo
pueblo que Pedro y, además, el mismo año. Fuimos
amigos de la infancia y primera juventad. A los 15 años yo me marché del pueblo y nuestra
amistad se redujo a las ocasiones en que nos encontramos en las poquísimas visitas que hice a mi tierra natal. Fueron pocas, pero aprovechadas, dado el carácter tan entrañable de Pedro.
Después de muchos años sin noticias mutuas, hemos reanudado el contacto, que no la amistad porque ésta nunca se perdió, y celebrar el reencuentro con unos cuantoa
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