Pues mira, vive en Piedrahita porque tiene hijos pequeños y éstos necesitan convivir con otros niños, jugar con ellos, etc. Ni mas, ni menos. él siempre ha dicho que, de no ser por eso, viviría en Bonilla.
Lo de pagar sus impuestos... ¡sí!
Ahora, eso de como cualquier vecino... Bueeeno, que los hay (y no pocos) que cuando hacen obra mayor solo declaran una reformilla de tres al cuarto por aquello de ahorrarse el impuesto de la licencia de obras, el proyecto de arquitectura, el aparejador, etc. ¿O no? Por no hablar de la falta de respeto al entorno monumental: Que también los hay que han puesto ventanas de PVC blancas en casas antiguas, puertas de hierro o aluminio, enfoscado paredes de piedra, etc., etc., etc., cuando todos sabemos que Bonilla está (nos guste o no) sometida a una legislación muy especial dado que todo el casco urbano está declarado BIC (Bien de Interés Cultural).
Otro gallo nos cantaría si todo el mundo se dejara de chorradas y lamentos hipócritas, se aplicara el cuento y arrimara el hombro, haciendo piña con el resto del pueblo para ayudar a levantarlo en vez de dejarlo abandonado a su propia suerte ¿no?
Que criticar, criticamos de PM. Pero cuando toca arrimar el ascua: ¡Gran desbandada general!
Hay que ser congruente. Si estamos orgullosos de la monumentalidad de nuestra Plaza Mayor y su iglesia, de las ruinas del castillo y las murallas, del pozo de Sta. Bárbara, de nuestras calles enrolladas y las fachadas de piedra, luego no podemos estar criticando a la Administarción porque nos impida hacer de nuestras capas sayos. Si nuestro pueblo es monumental, lo es para todo. Para lo bueno y para lo malo. No se puede ser monumental y quejarse de que se nos obligue a usar teja vieja, poner puertas de madera, fachadas de piedra... Una cosa trae la otra. Lo que pasa es que el monumento lo tenemos, pero no le sacamos provecho. No nos movemos para convertir el pueblo en un referente turístico. Es decir, que es como tener una carnicería y ser vegetariano. Y luego nos molesta que otros vengan de fuera, vean el negocio que nosotros -pudiendo- NO hacemos y lo hagan ellos.
Es muy fácil empecinarse en llamar a ese señor ESPECULADOR (haciendo hincapié en ello, como si estuviera haciendo algo malo), o ponerse a criticar la gestión del Ayuntamiento como quien se queja del mal tiempo. Todo eso es muy fácil, barato, simple, cómodo y vulgar. De boquilla solemos estar todos bien servidos y podemos largar, criticar, faltar y despellejar hasta el hastío. De eso nos sobra, gracias. Pero vuelvo a la carga: Lo que nos hace falta es gente con iniciativa, que se implique, que invierta, que gaste. En una palabra: ¡QUE ESPECULE TODO LO QUE LE VENGA EN GANA! Eso sí, que lo haga observando con pulcritud toda la legalidad.
Todo lo demás son chorradas, envidias, dimes y diretes. Y de esto último tenemos en el pueblo para aburrir al mas pintado. Son tantos los bulos y chismes que corretean por nuestras calles que podríamos empaquetarlos, exportarlos a todo el planeta y todavía nos sobrarían para dar y tomar.
Yo creo que quien quiera venir al pueblo a gastar su dinero (de una manera u otra, el cómo no importa mientras lo haga de forma ética) es -hoy por hoy- un mirlo blanco. Por lo que a mí respecta, quienes vengan a gastar, comerciar o invertir, son y serán bienvenidos. ¿Acaso estamos sobrados de inversiones públicas o privadas en la zona?
¡Bueno, corto el rollo! Un saludo a todos!!
Lo de pagar sus impuestos... ¡sí!
Ahora, eso de como cualquier vecino... Bueeeno, que los hay (y no pocos) que cuando hacen obra mayor solo declaran una reformilla de tres al cuarto por aquello de ahorrarse el impuesto de la licencia de obras, el proyecto de arquitectura, el aparejador, etc. ¿O no? Por no hablar de la falta de respeto al entorno monumental: Que también los hay que han puesto ventanas de PVC blancas en casas antiguas, puertas de hierro o aluminio, enfoscado paredes de piedra, etc., etc., etc., cuando todos sabemos que Bonilla está (nos guste o no) sometida a una legislación muy especial dado que todo el casco urbano está declarado BIC (Bien de Interés Cultural).
Otro gallo nos cantaría si todo el mundo se dejara de chorradas y lamentos hipócritas, se aplicara el cuento y arrimara el hombro, haciendo piña con el resto del pueblo para ayudar a levantarlo en vez de dejarlo abandonado a su propia suerte ¿no?
Que criticar, criticamos de PM. Pero cuando toca arrimar el ascua: ¡Gran desbandada general!
Hay que ser congruente. Si estamos orgullosos de la monumentalidad de nuestra Plaza Mayor y su iglesia, de las ruinas del castillo y las murallas, del pozo de Sta. Bárbara, de nuestras calles enrolladas y las fachadas de piedra, luego no podemos estar criticando a la Administarción porque nos impida hacer de nuestras capas sayos. Si nuestro pueblo es monumental, lo es para todo. Para lo bueno y para lo malo. No se puede ser monumental y quejarse de que se nos obligue a usar teja vieja, poner puertas de madera, fachadas de piedra... Una cosa trae la otra. Lo que pasa es que el monumento lo tenemos, pero no le sacamos provecho. No nos movemos para convertir el pueblo en un referente turístico. Es decir, que es como tener una carnicería y ser vegetariano. Y luego nos molesta que otros vengan de fuera, vean el negocio que nosotros -pudiendo- NO hacemos y lo hagan ellos.
Es muy fácil empecinarse en llamar a ese señor ESPECULADOR (haciendo hincapié en ello, como si estuviera haciendo algo malo), o ponerse a criticar la gestión del Ayuntamiento como quien se queja del mal tiempo. Todo eso es muy fácil, barato, simple, cómodo y vulgar. De boquilla solemos estar todos bien servidos y podemos largar, criticar, faltar y despellejar hasta el hastío. De eso nos sobra, gracias. Pero vuelvo a la carga: Lo que nos hace falta es gente con iniciativa, que se implique, que invierta, que gaste. En una palabra: ¡QUE ESPECULE TODO LO QUE LE VENGA EN GANA! Eso sí, que lo haga observando con pulcritud toda la legalidad.
Todo lo demás son chorradas, envidias, dimes y diretes. Y de esto último tenemos en el pueblo para aburrir al mas pintado. Son tantos los bulos y chismes que corretean por nuestras calles que podríamos empaquetarlos, exportarlos a todo el planeta y todavía nos sobrarían para dar y tomar.
Yo creo que quien quiera venir al pueblo a gastar su dinero (de una manera u otra, el cómo no importa mientras lo haga de forma ética) es -hoy por hoy- un mirlo blanco. Por lo que a mí respecta, quienes vengan a gastar, comerciar o invertir, son y serán bienvenidos. ¿Acaso estamos sobrados de inversiones públicas o privadas en la zona?
¡Bueno, corto el rollo! Un saludo a todos!!