CUENTO EN CABEZAS DE ALMABRE
Érase una vez en la localidad de Cabezas de Alambre, un grupo de personas que soñaba con que los habitantes de su pueblo fueran felices disfrutando de multitud de actividades acordes con las necesidades que cada uno soñaba. Con el tiempo este sueño se hizo realidad gracias a la inteligencia y el buen hacer del señor Pedro. De esta forma se creo un Polideportivo Municipal con todo tipo de instalaciones e incluso con piscina climatizada, Cajas de Ahorros, se construyo una Casa Rural para fomentar y traer el turismo a la localidad la cual contemplaba la realización de actividades muy originales: una de ellas era la de realizar excursiones en borriquitos a las lagunillas y los pinares de la localidad para que los turistas conocieran la flora y la fauna originaria de la zona, que consistía en pequeñas demostraciones de oficios y costumbres autóctonas que eran habituales antiguamente y hoy en día prácticamente están en desuso: como la trilla antigua, amasar el pan, alcanzar piñas, matanza del cerdo y su curación, juegos típicos…
Pero al señor Pedro le preocupaba la gran cantidad de solteros que había en su municipio, y para intentar solventar esto, decidió organizar una “caravana de mujeres” formada por solteras de los pueblos vecinos. Las componentes de esta caravana estaban invitadas a pasar un fin de semana completo, con todos los gastos pagados, con los solteros de Cabezas. De esta jornada salieron algunas parejas e incluso alguna boda, como es el caso de Angelita; una moza lozana y muy guapa de Narros del Castillo, que fue la protagonista de la primera boda. Este enlace civil se realizo en el ayuntamiento y al evento estuvo invitado todo el pueblo. El convite se realizo por todo lo grande en la Casa Rural anteriormente mencionada, no falto detalle. Hubo baile con Orquesta donde se pusieron en práctica la habilidad con el baile por parte de los vecinos, adquirida tras la realización de numerosos cursos de Baile de Salón. Allí se bailaron sevillanas, el “Baile del Coyote”. Todo el mundo quedo tan contento y satisfecho de aquella unión, que desde entonces y de forma anual se organiza una “caravana de mujeres” en Cabezas de Alambre.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado y en Cabezas de Alambre son cada vez más felices y comen perdices.
Érase una vez en la localidad de Cabezas de Alambre, un grupo de personas que soñaba con que los habitantes de su pueblo fueran felices disfrutando de multitud de actividades acordes con las necesidades que cada uno soñaba. Con el tiempo este sueño se hizo realidad gracias a la inteligencia y el buen hacer del señor Pedro. De esta forma se creo un Polideportivo Municipal con todo tipo de instalaciones e incluso con piscina climatizada, Cajas de Ahorros, se construyo una Casa Rural para fomentar y traer el turismo a la localidad la cual contemplaba la realización de actividades muy originales: una de ellas era la de realizar excursiones en borriquitos a las lagunillas y los pinares de la localidad para que los turistas conocieran la flora y la fauna originaria de la zona, que consistía en pequeñas demostraciones de oficios y costumbres autóctonas que eran habituales antiguamente y hoy en día prácticamente están en desuso: como la trilla antigua, amasar el pan, alcanzar piñas, matanza del cerdo y su curación, juegos típicos…
Pero al señor Pedro le preocupaba la gran cantidad de solteros que había en su municipio, y para intentar solventar esto, decidió organizar una “caravana de mujeres” formada por solteras de los pueblos vecinos. Las componentes de esta caravana estaban invitadas a pasar un fin de semana completo, con todos los gastos pagados, con los solteros de Cabezas. De esta jornada salieron algunas parejas e incluso alguna boda, como es el caso de Angelita; una moza lozana y muy guapa de Narros del Castillo, que fue la protagonista de la primera boda. Este enlace civil se realizo en el ayuntamiento y al evento estuvo invitado todo el pueblo. El convite se realizo por todo lo grande en la Casa Rural anteriormente mencionada, no falto detalle. Hubo baile con Orquesta donde se pusieron en práctica la habilidad con el baile por parte de los vecinos, adquirida tras la realización de numerosos cursos de Baile de Salón. Allí se bailaron sevillanas, el “Baile del Coyote”. Todo el mundo quedo tan contento y satisfecho de aquella unión, que desde entonces y de forma anual se organiza una “caravana de mujeres” en Cabezas de Alambre.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado y en Cabezas de Alambre son cada vez más felices y comen perdices.