estas semanas de calor, cuando las jornadas de trabajo se asemejan a lo eterno y el pensamiento único se fija en el fin de semana, esa llegada del viernes donde se abre la
ventana del fin de semana, escapar y buscar el
refugio en el
pueblo.
sin animo de generar envidias, la gente que somos de pueblo, tenemos el privilegio sobre la raza urbanita, tener otra visión de la convivencia y un lugar alternativo donde poder escapar, para darle otro sentido a la vida.
Allí, donde el aire se para, donde el
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