
En la
procesión de Jueves
Santo dos cofradías declaman, de forma alternativa, versos de Lope de Vega, compitiendo entre ellas.
En la
fiesta del
Corpus y la octava de corpus, el
pueblo engalana sus
calles con sus mejores galas poniendo en las mismas pequeños
altares donde la custodia va descansando. Cada uno de ellos compite en vistosidad y
adornos florales. La cofradía, fundada en el siglo XVII, todavía se engalana con capa española y sombrero de ala ancha, dando custodia al palio.
Además de esto podemos citar varios
juegos típicos muy practicados por la gente mayor pero que cada vez están más extendidos entre los jóvenes como son la calva, el tango, las tabas, el mocho etc. Todos estos juegos poseen un torneo en las
fiestas patronales pudiendo ganar un
trofeo y una pequeña cantidad de dinero.
Mitología: En la época de la
matanza, se acostumbraba a asustar a los niños con un personaje conocido como la "Zarandanga", una mujer que volaba de
tejado en tejado y que, entrando por la
chimenea, robaba las viandas que los dueños habían colgado a secar. Aún se recuerda un cantar sobre ella: "Ay Zarandanga, zaranganita si vinieras cuántos choricitos y longanizas te comieras".
Otro personaje mitológico muy conocido en el pueblo era la Tragamasa, ente con que se amedrentaba a los niños para que no se acercaran a los
pozos. Juan Mayo Garcinuño documenta esta frase en un artículo de su bitácora Guerra Civil en las 5 Villas de
Ávila: “no te arrimes, no te asomes, ten cuidado con las
norias, no te pille la Tragamasa”.