Un día que el gobernador imperial de Capadocia (en época de Licinio) busca en el bosque bestias feroces para los juegos del circo (donde hace que devoren a los cristianos), ve ante la gruta del santo gran cantidad de osos, leones y tigres, que esperan que Blas haya terminado sus oraciones para consultarlo. éste es descubierto entonces, detenido y arrojado en un calabozo.