Casavieja dependió del señorío de
La Adrada que fue concedido por el rey Alfonso XI a mediados del s. XIV a Ruy López Dávalos, después a Álvaro de Luna y por último a Beltrán de la
Cueva. Posteriormente consiguió la carta de villazgo con sus correspondientes privilegios, tardíamente en 1662 por parte del rey Felipe IV, estaba citada ya como aldea en el Libro de la Montería, escrito por mandato de Alfonso XI en el siglo XIV, pudiendo pensarse que por aquel entonces alguna choza o cabaña que hubiera habido en este lugar, fuera el origen del nombre de la villa.