Sentimos ir contracorriente, creemos que el cura se ha equivocado al tomar posturas que han favorecido la división de estos pueblos. Aquí se suele votar más a las personas y lo que hacen, que por sus ideas políticas. NO es bueno, politizar tanto la vida de pueblos tan pequeños, donde las rencillas están a flor de piel. Tal vez cuando llegó no se le recibió como debiera, eso sí, pero para algunos ha confirmado lo que se pensaba. La decisión de trasladarlo es prudente, a ver si así acabamos con los bandos enfrentados. Por cierto, en las próximas elecciones Eduardo sería un buen candidato: buena gente, competente y con una sonrisa encantadora. Somos sólo sus amigos, ¡qué conste!