¡Los Infiernos! Me gustaría ser poeta. ¡Desearía serlo! Para poder cantar a los lugares como este. Para relatar a las gentes los misterios que ocultan ciertos parajes por donde un día correteamos. No les dábamos importancia, como casi en todo, no se echa de menos hasta que te falta. Pero me gustaría ser poeta para trovar a los parajes, como este, que aprendí amar desde mi niñez, tan cargados de misterios y de incógnitas que nos sorprendían que ignorábamos su interpretación.
Después de unos 35 años sin haber estado en estos “infiernos”, me acerque a verles en la Semana Santa de este año. Me invadió una serie de sentimientos difíciles de explicar, regocijo, tristeza, no sé bien qué, pero era como si, debido al tiempo transcurrido, hubiera perdido la satisfacción de disfrutar de algo que de pequeño piensas que te pertenece, porque para nuestros adentros nos sentíamos dueños y señores de todo los que nos rodeó y nos ilusionó.
Los “Infiernos” es un lugar a buen seguro lleno de secretos para los Horcajuelenses. Quién no ha subido allí alguna vez de escolar a “correr la merendilla”. De adolescente con el grupo de amigos a disfrutar de una tarde maravillosa.
La verdad es que es un lugar para recomendar, aunque quizás a un amigo o un allegado, más allá de estas relaciones no estoy totalmente seguro si llegarían a comprender la belleza que para nosotros tiene este lugar.
Besos y abrazos para todos.
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