Al pasar por aquí siempre recordare a Luis el “alguacil de Cuevas”, y que tan joven nos dejo, a sus calderetas en compañía de algunos amigos, y, como no, a su pavo que cruzaba con una chulería, innata en él, la carretera desde el Ayuntamiento hasta la entrada de la plaza, desafiando a los vehículos. Un día desapareció y el bueno de Luis pensó que había sido yo el que se le llevo.
Sirva esta fotografía como un recuerdo al amigo Luis.
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