Pongan el oido paisanos
a lo que voy a decir,
porque les quiero alvertir
que del mundo, en el concierto,
les conviene hacerse el muerto
pa' que los dejen vivir.
Cuatro edades cumple el hombre
al cabo de haber vivido:
la inocencia, en que ha nacido,
poco después, la esperanza,
la dicha, que nunca alcanza,
y por último, el olvido.
Por desdenes en amores
achican siempre los flojos,
y hay mujer muerta de antojos
que no da consentimiento.
Güena china y perro hambriento,
dicen que sí con los ojos.
Las curanderas de empacho
conocen midiendo ombligos,
otros aprecian el trigo
por el peso de sus granos,
yo digo que es mal cristiano
quien siempre muda de amigos.
El dolor educa al hombre
y es lo que lo hace más juerte
no te quejís de la suerte
ni andís llorando querellas,
si al fin y al cabo, las huellas
llevan todas a la muerte.
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