Yo me acogí como perdido nauta
a una mujer para pedirle amor,
y fue su amor cansancio a mis santidos,
hielo a mi corazón.
Y quedé de mi vida en la carrera
que un mundo de esperanza ayer pobló,
como queda un viandante en el desierto;
¡a solas con su Dios!
espero que os guste.
¡Quién fuera Luna,
quién fuera brisa,
qúién fuera Sol!
¡Quien del crepúsculo
fuera la hora,
quién el instante
de tu oración;
quién fuera parte
de la plegaria
que solitaria
mandas a Dios!
¡Quién fuera Luna
quién fuera brisa,
quién fuera Sol!
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