Durante mucho tiempo, era típico y obligatorio por el paraje que ocupa La Francisca, el ir a asar carne a sus parrillas. Allí parece que el chuletón de Avila saba mejor. Junto al río y debajo de pinos y nogales, el disfrute de la comida está garantizado.
Hoy día el uso de las parrillas está prohibido en verano por seguridad ambiental.