Aunque nacido en
Zaragoza, con dos años llegue a ese hermoso
Valle del Tiétar y allí me he criado hasta que con casi diecinueve años salí del valle buscando ser lo que siempre quise ser: Maquinista de
tren.
He sido lo que quería y he vuelto siempre que he podido mientras allí estaban mis ancestro. Hoy, casi no visito ese vergel, pues solo me atan a él el lugar donde reposan mis antepasados y los gratos recuerdos, pero amo mucho a esa hermosa tierra, tanto, que aún canto sus viejas canciones de siempre,
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