LOS CAZADORES FURTIVOS
Amanecía en todo su esplendor la mañana
en soleado y fatigoso día de siega,
y la hoz voracidad sobre la espiga despliega,
mientras la alondra matinal su canto desgrana.
Las parejas de guardias criban la tierra llana,
imbuidos de furia sorda y arrogancia ciega,
mientras el sudor bajo el tricornio el cuello riega
oyendo disparos fermento de su galbana.
El tirar se daba en la cúspide de la Umbría,
correosa sierra que señorea al Juncar,
y a furtivos de La Adrada tiraban a dar.
Los guardias furiosos desplegados en guerrillas,
e indemnes se libraron saltando como ardillas,
invocando al Patrón de España en aquel su día.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Amanecía en todo su esplendor la mañana
en soleado y fatigoso día de siega,
y la hoz voracidad sobre la espiga despliega,
mientras la alondra matinal su canto desgrana.
Las parejas de guardias criban la tierra llana,
imbuidos de furia sorda y arrogancia ciega,
mientras el sudor bajo el tricornio el cuello riega
oyendo disparos fermento de su galbana.
El tirar se daba en la cúspide de la Umbría,
correosa sierra que señorea al Juncar,
y a furtivos de La Adrada tiraban a dar.
Los guardias furiosos desplegados en guerrillas,
e indemnes se libraron saltando como ardillas,
invocando al Patrón de España en aquel su día.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho