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HIGUERA DE LAS DUEÑAS: LA CAZA A PORRILLO EN CENICIENTOS...

LOS CAZADORES FURTIVOS

Amanecía en todo su esplendor la mañana
en soleado y fatigoso día de siega,
y la hoz voracidad sobre la espiga despliega,
mientras la alondra matinal su canto desgrana.

Las parejas de guardias criban la tierra llana,
imbuidos de furia sorda y arrogancia ciega,
mientras el sudor bajo el tricornio el cuello riega
oyendo disparos fermento de su galbana.

El tirar se daba en la cúspide de la Umbría,
correosa sierra que señorea al Juncar,
y a furtivos de La Adrada tiraban a dar.

Los guardias furiosos desplegados en guerrillas,
e indemnes se libraron saltando como ardillas,
invocando al Patrón de España en aquel su día.

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho

LA CAZA A PORRILLO EN CENICIENTOS

Por ribazos, collados o en el llano
que conforman los campos del Juncar,
nos hacíamos siempre acompañar
por las flexibles varas del manzano.

A la caza cobrábamos a mano
siguiendo de las liebres el pisar
que en la nieve dejaban al hollar
buscando resguardarse en el majano.

Con la tierra nívea un manto blanco,
las liebres a los pies del monolito
del majano figura del paisaje,

destacándose altivo en el barranco
la vida despedían con un grito
cuando impactaba el palo en su pelaje.

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho