EXIGENCIAS, EXIGENCIAS, EXIGENCIAS.
Todo el mundo exige algo, con o sin razón, pero se exige y cada vez mas, con mas énfasis, con mas violencia que nunca, revestida de derechos, arropados con leyes donde se tributa un culto al individuo (creo) por encima de los derechos generales.
EXIGIMOS, palabras recurrentes del J, Blanco, exigimos lealtad, ahora…, lealtad a quien? A la Nación o al PSOE, y sus dirigentes equivocados o no? Lealtad a las Leyes y su cumplimiento? O lealtad a los deseos o caprichos de una parte política de una sociedad? Porque en la EXIGENCIA ambigua de LEALTAD entra todo, toda variante posible, porque en esa exigencia se pide mucho por una parte y se entrega nada.
EXIGIMOS pero no definimos, exigimos que el otro cumpla las Leyes, pero nosotros no las tomamos en cuenta, como que esas Leyes estuviesen escritas para limitar al antagonista solamente, en vez de ser genéricas, exigimos porque es la caña y el sedal con anzuelo para pescar en aguas revueltas, y tristemente se consigue pescar.
EXIGIMOS de uno a otro lado o viceversa, exigimos y aprovechamos el descuido, error o mala intención del otro para montarnos sobre su espalda y sacar ventaja.
EXIGIMOS desde la cuna, atención de los progenitores, exigimos desde la infancia esclavizando a los padres, exigimos desde esa infancia mas avanzada con chantajes pareciera muy bien pensados y diseñados, y no solo a los progenitores, también a los maestros, para que se amolden a nuestros deseos mas torcidos o retorcidos, y se empiezan a exportar las exigencias masivamente hacia la sociedad.
EXIGIMOS en la pubertad, seguimos esclavizando a los progenitores, docentes, entorno, y si es posible al Estado a través de huelgas estudiantiles e irracionales en infinidad de los casos.
EXIGIMOS en la época laboral, sin haber hecho el más mínimo esfuerzo para nuestra formación, porque tenemos derechos, pero ninguna obligación.
EXIGIMOS vivienda digna y suficiente por el hecho o el derecho de haber nacido, sin haber aportado nada o el equivalente a lo exigido.
EXIGIMOS a nuestra pareja fidelidad, otorgándonos del derecho de promiscuidad continuada.
EXIGIMOS a nuestros padres lo impensable, a la sociedad lo increíble, al estado lo imposible, a los hijos lo que no dimos, a los políticos que obren milagros cuando somos agnósticos.
EXIGIMOS a los demás lo que no somos capaces de ni pensar en otorgar, la ley de los egoísmos llevados al límite, porque la incoherencia está por encima de la racionalidad, y esta irracionalidad está en crecimiento acelerado.
EXIGENCIA, EXIGENCIA y más EXIGENCIA, exigen los asesinos etarras, exige el Otegui. Exige el asesino de 25 (porque tiene derechos) los mismos que el negó as sus victimas, exigen: padres, hijos, vecinos, maridos, mujeres, amantes, también el perro, exigimos el no ser insultados cuando aprovechamos cualesquier intersticio para hacerlo, o cuando nos sopla el viento en la cara, exigimos vivir bien, muy bien sin haberle dado un palo al agua en nuestra vida, y cuando somos un forúnculo para la sociedad.
Mal asunto con tanta exigencia, ya que alguien tiene que trabajar para poder cumplir con las exigencias de los demás.
Todo el mundo exige algo, con o sin razón, pero se exige y cada vez mas, con mas énfasis, con mas violencia que nunca, revestida de derechos, arropados con leyes donde se tributa un culto al individuo (creo) por encima de los derechos generales.
EXIGIMOS, palabras recurrentes del J, Blanco, exigimos lealtad, ahora…, lealtad a quien? A la Nación o al PSOE, y sus dirigentes equivocados o no? Lealtad a las Leyes y su cumplimiento? O lealtad a los deseos o caprichos de una parte política de una sociedad? Porque en la EXIGENCIA ambigua de LEALTAD entra todo, toda variante posible, porque en esa exigencia se pide mucho por una parte y se entrega nada.
EXIGIMOS pero no definimos, exigimos que el otro cumpla las Leyes, pero nosotros no las tomamos en cuenta, como que esas Leyes estuviesen escritas para limitar al antagonista solamente, en vez de ser genéricas, exigimos porque es la caña y el sedal con anzuelo para pescar en aguas revueltas, y tristemente se consigue pescar.
EXIGIMOS de uno a otro lado o viceversa, exigimos y aprovechamos el descuido, error o mala intención del otro para montarnos sobre su espalda y sacar ventaja.
EXIGIMOS desde la cuna, atención de los progenitores, exigimos desde la infancia esclavizando a los padres, exigimos desde esa infancia mas avanzada con chantajes pareciera muy bien pensados y diseñados, y no solo a los progenitores, también a los maestros, para que se amolden a nuestros deseos mas torcidos o retorcidos, y se empiezan a exportar las exigencias masivamente hacia la sociedad.
EXIGIMOS en la pubertad, seguimos esclavizando a los progenitores, docentes, entorno, y si es posible al Estado a través de huelgas estudiantiles e irracionales en infinidad de los casos.
EXIGIMOS en la época laboral, sin haber hecho el más mínimo esfuerzo para nuestra formación, porque tenemos derechos, pero ninguna obligación.
EXIGIMOS vivienda digna y suficiente por el hecho o el derecho de haber nacido, sin haber aportado nada o el equivalente a lo exigido.
EXIGIMOS a nuestra pareja fidelidad, otorgándonos del derecho de promiscuidad continuada.
EXIGIMOS a nuestros padres lo impensable, a la sociedad lo increíble, al estado lo imposible, a los hijos lo que no dimos, a los políticos que obren milagros cuando somos agnósticos.
EXIGIMOS a los demás lo que no somos capaces de ni pensar en otorgar, la ley de los egoísmos llevados al límite, porque la incoherencia está por encima de la racionalidad, y esta irracionalidad está en crecimiento acelerado.
EXIGENCIA, EXIGENCIA y más EXIGENCIA, exigen los asesinos etarras, exige el Otegui. Exige el asesino de 25 (porque tiene derechos) los mismos que el negó as sus victimas, exigen: padres, hijos, vecinos, maridos, mujeres, amantes, también el perro, exigimos el no ser insultados cuando aprovechamos cualesquier intersticio para hacerlo, o cuando nos sopla el viento en la cara, exigimos vivir bien, muy bien sin haberle dado un palo al agua en nuestra vida, y cuando somos un forúnculo para la sociedad.
Mal asunto con tanta exigencia, ya que alguien tiene que trabajar para poder cumplir con las exigencias de los demás.