La Colilla es especialmente conocida por una antigua cantera de donde se explotaba la
piedra usada en la construcción de múltiples
iglesias y
monumentos de la provincia.
Según las últimas excavaciones efectuadas en el término hace unos ocho o nueve años, se dataron restos humanos de 2400-2300 a. C.
En la época
romana se sabe que por el municipio de la Colilla pasaba la antigua calzada que unía
Ávila con el
puerto de Torna
vacas (parece que seguía el mismo trazado de la
carretera Naciona 110) y de la que una de sus variantes se puede ver actualmente en el Puerto del Pico.
Parece ser que La Colilla empezó a poblarse a finales del siglo XI, poco después de la reconquista definitiva de la ciudad de Ávila por las tropas de Alfonso VI (año 1080) por gentes procedentes del área vasco-
navarra, con motivo de explotar sus canteras (piedra ca-leña-arenisca) para la construcción de las iglesias románicas de la capital. Incluso el
puente romano se reconstruyó con esta piedra.
El nombre de La Colilla aparece citado en unos hechos acaecidos entre los años 1100 y 1105 es decir en los primeros tiempos de la repoblación de Ávila, aunque están redactados posteriormente hacia 1255-1256. Las milicias de Ávila se encontraban combatiendo en tierra de moros, cuando un
ejército musulmán invadió el
Valle de Ambles y avanzó hacia Ávila. El
pueblo llano (ruanos) se
refugió tras las
murallas e impidió que los musulmanes asaltaran la ciudad por lo que se dedicaron a saquear los
barrios extramuros.
Cuando regresaron los caballeros de Ávila (serranos) se unieron a los plebeyos presentando batalla en La Colilla (en castellano antiguo La Coliella). Según el cronista, (que parece ser, era partidario de los caballeros) los plebeyos abandonaron a los caballeros y se encerraron de nuevo tras las almenas. Los caballeros persiguieron a los moros hasta un
monte llamado Barbacedo (cerca de Solosancho), llamado así porque un caballero llamado Acedo dijo que juraba por su barba que vencería a los moros. Los caballeros recuperaron lo que los moros habían robado durante el saqueo y además se hicieron con un gran botín. Cuando regresaron a la ciudad los ruanos no quisieron abrirles las
puertas y además les reclamaron parte del botín. Raimundo de Borgoña a quien Alfonso VI había encargado la repoblación, tuvo que tomar parte en el conflicto, a favor de los caballeros y reprimiendo duramente al pueblo.
Un archivo catedralicio de 1250 recoge a La Colilla entre las aldeas del Valle Amblés, (algunas ya desaparecidas) sufragáneas del Arcedianato de Ávila.
Ya en el paso de la Edad Media a la Edad Moderna, se encuentra el nombre de La Colilla como pueblo perteneciente a una
familia noble, concretamente a Doña María Herrera, señora de Velada y La Colilla, viuda de Andrés Vázquez de Ávila, que fue regidor de la ciudad. Esta señora hizo testamento en
Valladolid el 2 de octubre de 1512 y había sido continuadora de las obras de la
iglesia de Mosén Rubí en Ávila. Obra que comenzó su tía, Doña Aldonza de Guzmán, a mediados del siglo XV. Desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, La Colilla contaba con otros dos núcleos de población, Serracines (grupo de
casas de pastores) y Galindos, (que contaba con iglesia o
ermita propios).
La actual iglesia parroquial de La Colilla está consagrada a Nuestra Señora de la Asunción. Ha sido remodelada en repetidas ocasiones. La construcción tal como se encuentra actualmente, es de los siglos XVII y XVIII con reformas del XIX y XX. La
pila de bautismo según los datos existentes fue encargada en el año 1562. La
torre es más antigua que el resto del templo; tiene un
campanario de
espadaña al que se accede por medio de una estrecha
escalera de caracol, realizada en piedra.