En otros tiempos se herraban las vacas que se llamaban de labor, se les ataba los cuernos al travesaño de adelante que era en forma de yugo y las patas a herrar se cruzaba una barra por el orificio que llevaba trasversal la columna y se ataba la pata dejando al animal inmovilizado y así poder clavar la herradura sin que el animal se moviera.