Refranes de los pueblos del Valle Ambles Por Yolanda Jimenez Jimenez Asoc. Las LAUDIAS (LA TORRE)
La autora de este artículo agradece la inestimable colaboración del Sr. Marino, vecino de Muñogalindo, y del Sr. Eloy Jiménez, vecino de La Torre, para la recopilación de estos versos. Son dos versiones distintas del artículo “Coplas de nuestra tierra” (Por José Mª Jiménez - Nº 1 Revista Fasal).
version I Sr. Eloy Revista Fasal Ávila 59
Voy a contarles señores,
el cuento del Valle Amblés.
Y para servirles,
empezando por los pies.
El relato como sigue:
Por El Fresno y el Merino
para llegar a Sotalvo,
ya tenemos un camino.
En Sotalvo, matagalgos.
Allí mataron un perro,
hubo que vender el toro
y el verraco del concejo,
para pagar los gastos
que los perros les hicieron.
En Solosancho fui cura.
En La Villa, capellán.
En Baterna marinero
y en Robledillo gañán.
En Narros guardé los panes.
En Blacha fui calderero.
En Menga son mesoneros.
Y en Muñotello,
tramposos y tramposuelos,
que los prestó mi abuelo un eje
y aún me lo están debiendo.
Pradosegar molineros.
En Villatoro pleitistas.
En Poveda hay mucho papo,
Amavida moralistas.
En Muñana mosquiteros,
los de Muñez están locos
con el monte los abuelos.
Que hasta las moscas carean
que no muerdan los renuevos.
Entre Muñez y Guareña
se ha presentado una niebla
que aterroriza la Tierra.
En La Torre son agudos
para eso de los concejos.
Entran al salir el sol
y cuando vuelven ya se ha puesto.
Muñogalindo señoritos.
Santa María hueveros.
Salobralejo ajeros.
En Muñochas cacharreros
y en Padiernos pedigüeños.
Muñopepe canteros.
En La Serrada hay un asilo.
La Pinilla es el balcón.
La Colilla adoquineros,
que transportan sin cesar.
Llegando a la capital
terminamos el relato,
porque no nos dejan vivir
los obreros del relato. Marcelo, hay otra versión que dice así:
Para empezar a vivir/
cuatro mil oficios tengo/
en Piedrahita fui cura/
capellán en Barrionuevo/
en las Casas sacristán
y en Bonilla calderero.
En Tórtolas hice escudillas/
en Villafranca tabernero/
en Villanueva pastor/
y en Vadillo vinagrero.
En Villatoro, aguador/
con un borriquillo negro/
siete años tuvo sarna/
otros siete estuvo muermo/
y otros siete sarampión/
hasta que mondó el pellejo.
En Poveda, ligamoscas/
en Pradosegar buen molinero /
dos costales que llevaban/
devolvía uno y medio.
En Muñana moralista/
antes fui en Amavida cabrero/
en Muñotello tramposo/
y en Pascual Muñoz,
trabajé de ganadero.
En Santa María, chalán/
en Muñogalindo, huevero/
y vendí muchas docenas/
para comprarme carneros.
En la Torre, consejero/
en Salobralejo, ajero/
en Sotalvo, matagalgos/
y en Menga fui mesonero.
En Cepeda, dulzainero/
pañero en Pedro Bernardo/
me casé en Mombeltran/
y me fui hasta Guisando.
En el Arenal, gañan/
en la Parra, carretero/
médico fui en Lanzahita/
y en Hontanares, barbero.
Nueces vendí en el Hornillo/
castañas cogí en Arenas/
higos frescos en Poyales/
y tabaco en Candeleda.
La autora de este artículo agradece la inestimable colaboración del Sr. Marino, vecino de Muñogalindo, y del Sr. Eloy Jiménez, vecino de La Torre, para la recopilación de estos versos. Son dos versiones distintas del artículo “Coplas de nuestra tierra” (Por José Mª Jiménez - Nº 1 Revista Fasal).
version I Sr. Eloy Revista Fasal Ávila 59
Voy a contarles señores,
el cuento del Valle Amblés.
Y para servirles,
empezando por los pies.
El relato como sigue:
Por El Fresno y el Merino
para llegar a Sotalvo,
ya tenemos un camino.
En Sotalvo, matagalgos.
Allí mataron un perro,
hubo que vender el toro
y el verraco del concejo,
para pagar los gastos
que los perros les hicieron.
En Solosancho fui cura.
En La Villa, capellán.
En Baterna marinero
y en Robledillo gañán.
En Narros guardé los panes.
En Blacha fui calderero.
En Menga son mesoneros.
Y en Muñotello,
tramposos y tramposuelos,
que los prestó mi abuelo un eje
y aún me lo están debiendo.
Pradosegar molineros.
En Villatoro pleitistas.
En Poveda hay mucho papo,
Amavida moralistas.
En Muñana mosquiteros,
los de Muñez están locos
con el monte los abuelos.
Que hasta las moscas carean
que no muerdan los renuevos.
Entre Muñez y Guareña
se ha presentado una niebla
que aterroriza la Tierra.
En La Torre son agudos
para eso de los concejos.
Entran al salir el sol
y cuando vuelven ya se ha puesto.
Muñogalindo señoritos.
Santa María hueveros.
Salobralejo ajeros.
En Muñochas cacharreros
y en Padiernos pedigüeños.
Muñopepe canteros.
En La Serrada hay un asilo.
La Pinilla es el balcón.
La Colilla adoquineros,
que transportan sin cesar.
Llegando a la capital
terminamos el relato,
porque no nos dejan vivir
los obreros del relato. Marcelo, hay otra versión que dice así:
Para empezar a vivir/
cuatro mil oficios tengo/
en Piedrahita fui cura/
capellán en Barrionuevo/
en las Casas sacristán
y en Bonilla calderero.
En Tórtolas hice escudillas/
en Villafranca tabernero/
en Villanueva pastor/
y en Vadillo vinagrero.
En Villatoro, aguador/
con un borriquillo negro/
siete años tuvo sarna/
otros siete estuvo muermo/
y otros siete sarampión/
hasta que mondó el pellejo.
En Poveda, ligamoscas/
en Pradosegar buen molinero /
dos costales que llevaban/
devolvía uno y medio.
En Muñana moralista/
antes fui en Amavida cabrero/
en Muñotello tramposo/
y en Pascual Muñoz,
trabajé de ganadero.
En Santa María, chalán/
en Muñogalindo, huevero/
y vendí muchas docenas/
para comprarme carneros.
En la Torre, consejero/
en Salobralejo, ajero/
en Sotalvo, matagalgos/
y en Menga fui mesonero.
En Cepeda, dulzainero/
pañero en Pedro Bernardo/
me casé en Mombeltran/
y me fui hasta Guisando.
En el Arenal, gañan/
en la Parra, carretero/
médico fui en Lanzahita/
y en Hontanares, barbero.
Nueces vendí en el Hornillo/
castañas cogí en Arenas/
higos frescos en Poyales/
y tabaco en Candeleda.