"La canción de La Loba Parda"
Este es un romance pastoril, que data de muy antiguo, extendido por toda España. Principalmente por tierras de trashumancia entre Extremadura, León, Asturias y Cantabria…
Estando yo en la mi choza pintando la mi cayada,
vi venir a siete lobos por una oscura cabaña;
venían echando suertes cuál entrará en la majada.
Le tocó a una loba patituerta, cana y parda,
que tenía los colmillos como puntas de navaja.
Dio tres vueltas al redil y no pudo sacar nada;
a la otra vuelta que dio sacó la borrega blanca,
hija de la oveja churra, nieta de la orequisana,
la que tenían mis amos para el domingo de Pasuca.
– ¡Aquí, mis siete cachorros y mi perra trujillana,
y mi perro el de los hierros, a correr la loba parda!
que, si me matáis la loba, comeréis cena doblada,
y si no me la matáis, cenaréis de mi cayada.–
Siete leguas la corrieron por unas sierras muy altas,
al subir un cotarrito, la loba ya va cansada.
–Tomad, perros, la borrega, sana y buena como estaba.
–No queremos la borrega de tu boca, loba parda,
que queremos tu pelleja pa el pastor una zamarra,
tus tripas para correas, para que se aten las damas.
Este es un romance pastoril, que data de muy antiguo, extendido por toda España. Principalmente por tierras de trashumancia entre Extremadura, León, Asturias y Cantabria…
Estando yo en la mi choza pintando la mi cayada,
vi venir a siete lobos por una oscura cabaña;
venían echando suertes cuál entrará en la majada.
Le tocó a una loba patituerta, cana y parda,
que tenía los colmillos como puntas de navaja.
Dio tres vueltas al redil y no pudo sacar nada;
a la otra vuelta que dio sacó la borrega blanca,
hija de la oveja churra, nieta de la orequisana,
la que tenían mis amos para el domingo de Pasuca.
– ¡Aquí, mis siete cachorros y mi perra trujillana,
y mi perro el de los hierros, a correr la loba parda!
que, si me matáis la loba, comeréis cena doblada,
y si no me la matáis, cenaréis de mi cayada.–
Siete leguas la corrieron por unas sierras muy altas,
al subir un cotarrito, la loba ya va cansada.
–Tomad, perros, la borrega, sana y buena como estaba.
–No queremos la borrega de tu boca, loba parda,
que queremos tu pelleja pa el pastor una zamarra,
tus tripas para correas, para que se aten las damas.