LA HORCAJADA: Hola. Un Párroco tan bueno, tan bueno, le quería tanto...

Hola.
Un Párroco tan bueno, tan bueno, le quería tanto la gente del pueblo que el día que lo destinaron a la parroquía de otro pueblo, salió todo el pueblo a despedirle.
A un lado de la calle las personas mayores.
Al otro lado los niños.
¡Adios padre, adios padre...!
El párroco se vuelve para el lado donde están los niños:
¡Algunos, Algunos!.¡Todos no, Todos no!
Te.