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LA HORCAJADA: En mayo de 2009, cuando tomé esta fotografía, todavía...

En mayo de 2009, cuando tomé esta fotografía, todavía aparecía sobre la puerta del inmueble que hacía las veces de oficina de Correos (a la vez, supongo que vivienda del cartero o cartera del pueblo) un cartel, de color azul, con la indicación CORREOS y CAJA POSTAL. El color azul, como color corporativo desapareció durante la transición política y fue sustituido por el amarillo del buzón que también podemos ver en el quicio de la puerta. Lo de los colores, color de gustos, sirve para identificar a la corporación.
Lo peor ha sido que a Correos le desgajaron uno de sus miembros fundamentales para su financiación, creador de empleo, depósito de cientos de miles de pequeños ahorradores del mundo rural fundamentalmente y la posibilidad de que los ciudadanos tuvieran a su alcance una oficina bancaria allí donde hubiera un cartero. Era un banco público, dependía de Correos y tenía la garantía del Estado.
Después de sufrir la crisis bancaria que se ha padecido en este país, de las ingentes cantidades de dinero que el Estado ha puesto para salvar los depósitos y bonos que los ahorradores tenían en parte del sistema bancario español, ahora resulta que cada uno de los españoles tenemos a nuestras espaldas miles de euros de deuda y carecemos de una banca pública.
Algunos políticos, los menos, abogan y añoran esa banca de todos, del Estado. La tuvimos y la perdimos, por desidia de los ciudadanos que ahora la añoramos, y por negligencia de los políticos que nos gobernaban en 1991, entonces el PSOE de Felipe González. Ese gobierno decidió fusionar Caja Postal (creada en 1916) y otros bancos púbicos (Banco Exterior, Banco Hipotecario, Banco de Crédito Local, Banco de Crédito Agrícola y Banco de Alicante) en una entidad superior llamada Argentaria. Con un gobierno del PP (José Mª Aznar de presidente), entre 1993 y 1998 Argentaria fue progresivamente privatizada, pasando el 19 de octubre de 1999 a fusionarse con el Banco Bilbao Vizcaya.
Ahora España no tiene una red bancaria pública y Correos, en decadencia gracias a los sucesivos gobiernos, está en sus horas más bajas; perdió su personal especializado en banca y ahora está perdiendo cuota del mercado de su actividad tradicional: las cartas: Las alternativas, existiendo, no son sencillas de implementar, entre otras cosas por las trabas e impedimentos que los distintos gobiernos tradicionalmente vienen poniendo al servicio público postal, por ejemplo, en la negativa a que Correos pueda recuperar y tener su propio banco.