Los servidores del hospital eran el mayordomo, el sacristán, el cirujano, el enfermero, el cocinero, las lavanderas y barrenderas, el enterrador y el mozo de la leña. La ausencia de médico en esta relación se debe a que el hospital no llegó a poseer médicos propios, sino que se valía de los servicios del médico contratado por la villa. El cirujano era barbero y sangrador, y la plaza de enfermero solía ser ocupada por un matrimonio, de tal manera que mientras la mujer cuidaba de los enfermos, el marido hacía otros trabajos para el edificio.