Me comentaron (Rafa M. A.) que el río iba como hace tiempo. La curiosidad y las ganas de pasear, aprovechando la espléndida primavera, me llevó hasta las orillas de nuestro río. El paisaje majestuoso, la temperatura agradable y la compañía amena. En verdad que hacía tiempos que no lo veía correr con este caudal. Hasta mi acompañante se hincó de bruces en la orilla y se pegó unos tragos (agua corriente, no mata a la gente; dice el refrán).