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El Mariscal, MERCADILLO

No es ni su sombra de lo que era...
La abundancia de agua, las pilas y la gran charca, siempre llenas.
Antaño se regaban los huertos de tío Ramón, de tio Valentín y el de tio José María: esos fueron los últimos, porque anteriormente se regaban muchos más. Había agua para todos.
Nunca podré olvidar mi infancia ligada a esta charca, sobre todo en verano cuando pasábamos buenos ratos cazando ranas... y bebiendo agua a morro.
Y muchos más recuerdos que también pueden ser tuyos.
(23 de Enero de 2011)