A Mesegar también llegaban los Reyes, tal dia como hoy., y los niños de entonces disfrutábamos igual que cualquier niño que tenga el privilegio de recibir regalos un día tan especial como el de hoy.
Cada mañana de Reyes, recuerdo que al despertar, antes que cualquier otro día, por la impaciencia de la espera de días anteriores, corría a la
ventana de la habitación, en la que la
noche previa habia dejado los zapatos, junto con una copia de anís, y como algo mágico, encontraba los regalos que los
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