Hoy 1 de septiembre la mayoría de las
casas ya están cerradas. Paseas por todo el
pueblo y sientes un nudo en la garganta, todo vacío, todo solitario. No encuentras gente en la
calle, las
puertas a cal y canto, las persianas bajadas, las contrapuertas y la contraventanas lo tapan todo.
De repente el espirito
otoñal se adueña del Alma, el sentimiento de pena no puede esconderse.
Parece como si el pueblo espera ya la llegada del duro
invierno, cuando aún seguimos en
verano.
Solo quedan los pocos
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